jueves, 14 de abril de 2016

TELECIENCIA: JESSICA JONES Y LOS VIRUS MENTALES

Jessica Jones es una serie cuya primera temporada ha sido emitida en 2015 en la plataforma Netflix. Como es probable que mucha gente no la haya visto aún, tengo que avisar de que este post es un enorme SPOILER.

Hace tiempo que quería escribir esta entrada y se me resistía, quizás porque comencé esta sección diciendo que no iba a atacar la ciencia-ficción, y Jessica Jones, serie sobre una superheroína de la factoría Marvel, podría entrar en esa categoría difusa entre fantasía y ciencia-ficción. Pero también he dicho que hay una creciente cientificación  de las retóricas y argumentos de las series, para intentar dar una explicación real a lo que se ve en pantalla, y este es un buen ejemplo de lo que pasa cuando alguien que no conoce lo más básico sobre un tema intenta usarlo para dar crédito a un argumento de pura fantasía: que se le va de las manos.

El argumento de Jessica Jones trata sobre una superheroína neoyorkina que se refugia en un mar de bourbon para intentar olvidar a un villano, Killgrave, que controla las mentes de las personas forzándolas a hacer su voluntad. Se había obsesionado con ella, obligándola a mantener una relación con él y abusando de ella sexualmente en repetidas ocasiones. Al comenzar la serie, ella le cree muerto; pero no lo está, y vuelve a por ella. Toda la trama consiste en intentar encontrarle y acabar con él antes de que siga haciendo daño a más inocentes y de que consiga su objetivo de volver a doblegarla bajo su control mental.

A medida que avanza la serie, los guionistas intentan explicar los orígenes de Killgrave y la fuente de su poder. Por lo general, en los cómics, los personajes como él simplemente tienen una habilidad para entrar en las mentes de sus objetivos y alterar sus pensamientos (como hace el Dr. Charles Xavier, de los X-men), cualidad paracientífica llamada mentalismo. Sin embargo, los guionistas de Jessica Jones debieron pensar que la paraciencia a lo Cuarto Milenio ya aburre y que molaba más buscarle una razón biológica al asunto. Y así, Killgrave pasó a ser un villano que, siendo persona, es también un virus. Un puñetero virus.

Ellos lo explican así: cuando Killgrave entra en una habitación, con su presencia infecta a todas las personas que hay en un radio determinado de forma instantánea, afectando su voluntad cuando él habla. Por eso, meten a Killgrave en una celda de metacrilato, y como no tienen contacto por aire con él, no puede controlarles. Tampoco les hace nada cuando hablan con él por teléfono, porque los virus (menos mal que esto lo tenían claro) no se transmiten por línea telefónica. Si se ponen unos cascos con música a tope, tampoco les afecta porque no le oyen. La influencia de Killgrave se pasa tras un día lejos de él, cuando se te pasa la infección.

Aquí todas las razones que hacen que esto sea una absoluta chorrada:
  1. Un virus es un microorganismo muy básico que no nace, ni crece, ni se alimenta; lo único que sabe hacer es multiplicarse. Para ello, necesita entrar en una célula y usar “de prestado” (y sin consentimiento) su maquinaria interna para hacer muchas copias de sí mismo y salir de allí en busca de más células donde multiplicarse otra vez. Fuera de la célula no tiene ninguna actividad, como si fuera un objeto inanimado. Así que eso de que una persona tiene una presencia que es un virus, ni hablar.
  2. Efectivamente, los virus se pueden transmitir por el aire; pero no van por ahí flotando y rodeándonos malignamente en las ondas sonoras de la voz, sino que son llevados por aerosoles, partículas diminutas de líquido que se proyectan naturalmente cuando hablamos, tosemos o estornudamos, o cerca de fuentes/grifos/cascadas/etc. de agua, y que nos entran por las vías respiratorias cuando estamos cerca. Así que eso de que te tapan los oídos y el virus pasa de ti, naranjas.
  3.  Para que un virus te infecte y te pongas malo (en la serie, que controle tu mente), tiene que ocurrir un período de incubación: el período de tiempo desde que tu cuerpo está expuesto al virus hasta que manifiestas la enfermedad, y durante el cual el virus tiene que entrar en tu cuerpo a través de las defensas exteriores (piel, mucosas), encontrar una célula que le venga bien (no todos los tipos de virus infectan todos los tipos de células), entrar en ella, sortear sus mecanismos internos de defensa, conseguir usar su maquinaria, hacer muchas copias de su información genética y de su envuelta, salir haciendo pupa a la célula, y repetir en un montón de células más como para que nosotros notemos el efecto del jaleo que hay dentro. Los períodos de incubación varían mucho entre los distintos virus, y entre los más cortos se encuentra el virus de la gripe (de 1 a 4 días) y el del catarro común (de 2 a 5 días). Así que eso del efecto inmediato del virus/persona Killgrave, ni de Blas.
  4.  Además, un virus que afectara al comportamiento de una persona tendría que infectar necesariamente a las neuronas. El cerebro está protegido de las infecciones mediante una barrera especial llamada hematoencefálica, que forma una pared que deja pasar nutrientes de la sangre pero no células o microorganismos a las neuronas, para evitar infecciones en esa parte tan frágil de nuestro cuerpo. Sin embargo, sí que hay virus que son capaces de alterar esa barrera para poderpasar, como el herpes, el virus de la rabia, el de la polio o el VIH. Estos virus inflaman el tejido cerebral al infectarlo, produciendo una encefalitis que conlleva la muerte (rabia), parálisis (polio), demencia (VIH)… todas enfermedades con un pronóstico muy malo y de fuertes secuelas. El herpes puede llegar a causar fiebres, convulsiones y pérdida de memoria, pero por suerte a la mayoría de la gente sólo le causa recaídas con llagas en los labios/zona pélvica/espalda haciéndose crónica. Así eso de que la infección de Killgrave se pasa en unas horitas y santas pascuas no se lo cree ni Rita.
Por todas estas cosas la trama de Jessica Jones es una absoluta chorrada que, si se hubiera quedado en somos todos muy poderosos y ya está, habría sido una serie de superhéroes muy chula. Pero cayó en la tentación de la cientificación, intentar usar la ciencia para explicar algo que, simplemente, no es ciencia.