lunes, 28 de abril de 2014

LA ÓSMOSIS: UN PROCESO CLAVE PARA LA VIDA



Este post está dedicado a la primera pregunta que me han hecho en mi consultorio científico. La petición viene de Pelayo Casares y exactamente lo que me ha pedido es que explique este proceso maravilloso porque a él le parece que es muy importante para entender los frágiles equilibrios en los que está sustentada la vida. Y tiene razón.


La ósmosis es un proceso biológico que tiene mucho que ver con la química y la física, pero también lo suficientemente sencillo como para que no hagan falta conocimientos de ninguna de estas dos para entenderlos. Se basa en la necesidad de equilibrio entre el medio externo e interno de la célula, equilibrio necesario para mantener la vida.


Empecemos entendido lo que son las sales, moléculas que  están compuestas de iones (átomos con carga eléctrica). Por ejemplo, la sal común, la que usamos para cocinar, en realidad es cloruro de sodio (NaCl), que está compuesta por dos iones, sodio (Na+) y cloro (Cl-). Los símbolos + y – representan la carga que tienen esos iones (carga positiva y negativa, como en las pilas). Como los polos opuestos se atraen, el sodio y el cloruro tienden a juntarse y por eso el cloruro de sodio forma una sal. Pues así con todas las sales: son uniones de iones positivos y negativos, donde tiene que haber una neutralidad, es decir, tantos positivos como negativos. Hay muchos tipos de sales, y lo que les pasa al disolverse en agua es que cada ión se va por su lado, atraído por el agua, así que siguen juntos pero separados por las moléculas de agua, llenándola de cargas positivas y negativas (por eso el agua salada es más conductora de la electricidad, está “más cargada”).


Ya he explicado que la célula tiene en su interior un medio acuoso (plasma celular) que está compuesto por agua y diversas sales. Las sales son muy importantes para mantener a la célula viva y trabajando, ya que determinan la carga que hay dentro de la célula, el pH, los iones que pueden ser usados para distintas reacciones, etc. Las células están unidas a otras células, pero entre ellas también hay un componente acuoso que facilita que a estas les llegue el alimento y el oxígeno desde los vasos sanguíneos. Pues aquí es donde hace falta el equilibrio, entre el exterior y el interior de la célula.


La ósmosis podría ser definida como el proceso que regula el paso de agua y sustancias desde un medio acuoso a otro medio acuoso a través de una membrana semipermeable. ¿Qué significa semipermeable? Pues, como su nombre indica, que puede ser atravesada por unas sustancias pero por otras no. Este proceso se realiza “a favor de gradiente”, es decir, de donde hay más a donde hay menos, para igualar los dos lados. Así (dibujado con el Powerpoint, sigo sin saber nada de Photoshop):
La ósmosis explicada a mi bola

 La imagen 1 representa a una membrana que separa dos medios con distinta composición en las moléculas A y B. Si la membrana fuera impermeable a todo, así se quedarían. Sin embargo, en la imagen 2 se ve cómo, si esta membrana fuera permeable a todos los compuestos, A y B migrarían a través de ella hasta que hubiera la misma cantidad a los dos lados. Como A está en mayor cantidad a la izquierda, el gradiente va hacia la derecha, y al revés con B. Por el contrario, en la imagen 3 tenemos una membrana semipermeable, que sólo deja pasar A, mientras que B no puede traspasarla. Así que A va a favor de gradiente y se va a la derecha a igualar las cantidades, pero B se queda desigual. Y eso es la ósmosis: la capacidad de las membranas para dejar que pasen a un lado y otro unas cosas u otras dependiendo de lo que haya en el medio.


Vayamos a la célula. La membrana plasmática es semipermeable, concretamente, no es permeable a los iones, ni a las moléculas grandes (azúcares, proteínas…); pero sí al agua. Así que lo que va a pasar de un lado al otro, para mantener el equilibrio, es el líquido elemento.


Imaginaos dos vasos de agua. En un vaso ponemos dos cucharadas de sal y en otro sólo una. Lógicamente, en el primer vaso el agua está más salada, y si queremos igualar la salinidad usando sólo agua, la única opción es añadir a este vaso más agua hasta que el líquido sepan igual, ¿verdad? Pues lo mismo hace la membrana celular, y lo hace dejando pasar sólo el agua del lado menos salado (con más agua) al más salado (con menos agua). Veámoslo en un dibujo:
La ósmosis, así con colorines.


En la imagen 1, a la izquierda, hay 4 moléculas de agua para 4 de sal, es decir: 4/4=1. En cambio en la derecha, hay 4 de agua para 2 de sal: 4/2=2. Hay más agua a la derecha que a la izquierda en relación a la cantidad de sal. Así que, en la imagen 2, el agua va a pasar de la derecha a la izquierda para equilibrar esa diferencia, y quedarían: a la izquierda, 5 moléculas de agua para 4 de sal (5/4=1,25); a la derecha, 3 moléculas de agua para 2 de sal (3/2= 1,5). Como veis, la relación de agua y sal, que se llama concentración, se están igualando. Ya no es el doble en una y en otra, sino que son muy parecidas. En un medio con montones de moléculas de agua y sales, esto sigue y sigue hasta que la concentración es igual a los dos lados.


Y por eso no se debe beber nunca agua de mar (con mucha sal) o agua destilada (agua a la que se le ha quitado toda la sal), porque a nuestras células no les sienta nada bien el desequilibrio tan grande que se produce entre el exterior y el interior de sus membranas:

  •           Con agua salada, las células notan que hace falta agua fuera de la célula, y empiezan a dejarla salir, por lo que la célula se deshidrata, se queda seca como una pasa y se muere.
  •           Con agua destilada, las células notan que su medio interno tiene mucha sal comparado con el externo, así que empiezan a meter agua a su interior, se hinchan y acaban estallando como un globo, y por supuesto, se mueren.

Así que ya os dais cuenta de lo importante que es la ósmosis para estar vivos.


¿Os preguntáis qué pasa con las sales en sí mismas? ¿Cómo pasan de dentro a fuera y viceversa en las células, si sus membranas son impermeables a ellas? Simplemente contaros que hay unos poros en la membrana, que son como agujeros, que la célula puede abrir o cerrar a voluntad dependiendo de su necesidad para dejar pasar los iones a un lado o a otro. Pero esto ya es otra historia.


Para saber más:


martes, 15 de abril de 2014

Empecemos por el principio...



Pensando en cuál sería mi primer post, escribí una lista larga de temas que me gustaría cubrir, desde enfermedades como el cáncer a polémicas sobre los alimentos con supuestas propiedades curativas. Sin embargo, me di cuenta de que no valdría de nada si no empezaba por lo más básico, una lección de biología a nivel 0 para la gente que no sabe nada del tema y de repaso para los que ya no se acuerdan desde que lo estudiaron en el colegio, es decir, la gente a la que quiero que vaya dirigido el blog. Y lo más básico es, amigos míos, la célula.

La célula es la unidad básica de la vida. Nosotros, los animales y las plantas somos nada más que células pegadas las unas a las otras que trabajan juntas porque un día en el pasado más prehistórico posible se dieron cuenta de que así se ayudaban las unas a las otras y se podían repartir el trabajo, y que la existencia es más cómoda en sociedad cooperativa, por eso nos llamamos organismos pluricelulares. Las bacterias son células muy simples que existen en su forma actual desde los orígenes porque mientras las demás evolucionaban y se hacían complejas ellas se dieron cuenta de que la vida les iba suficientemente bien como para quedarse como estaban y que pa’ qué molestarse más, y la verdad es que lo han hecho muy bien, porque ahí siguen, tan campantes; por ello, las bacterias son organismos unicelulares. Los virus son una cosa aparte, y ya la explicaré otro día; simplemente decir que no son células.

Somos células. Pero, ¿qué es una célula? Aquí va un dibujo explicativo de una célula “modelo” y los orgánulos que la componen (hecho a mano porque con el Photoshop soy manca perdida, por favor no me juzguéis):


La célula, dibujada como si tuviera 12 años.



Tres cosas a tener en cuenta:

  1. El dibujo no está a escala (el tamaño medio del núcleo es de 6 micrómetros (1000 micrómetro o micra = 1 milímetro) mientras que una mitocondria mide unos 2 nanómetros (1000 nanómetros = 1 micrómetro).
  2. Aunque lo parezca, una célula no es un huevo frito, tiene volumen, así que imaginárosla más bien como una esfera.
  3. He dibujado cuatro cosas dentro de la célula flotando en la nada. En realidad, la célula está llena hasta los topes de los orgánulos que os he dibujado y están todos organizadísimos ocupando el espacio del plasma celular.
Pensad en la célula como una fábrica que construye la posibilidad de estar vivos. Suena ñoño pero es cierto. La célula, desde su existencia, sólo hace una cosa: trabajar, trabajar y trabajar, produciendo todo lo que necesitamos para vivir y quemando alimento gracias al oxígeno que respiramos para mantenernos con energía. Para ello, los propios orgánulos están especializados en funciones que se parecen a las líneas de producción de una fábrica. Vayamos uno a uno:

  • Membrana plasmática: es una barrera que separa la célula de su medio externo y hace que sea un ente individual y diferenciado del resto. Está compuesta de lípidos y regula lo que entra y sale de la célula.
  • Núcleo: es el centro neurálgico de la célula, contiene el DNA y está separado del resto por una membrana que no se parece mucho a la plasmática en la forma, pero también es lipídica. Al contener el DNA, se encarga de dirigir todo lo que pasa en la célula.
  • DNA: No lo llaméis ADN, por favor. La base de la vida, y la culpable de que hayas heredado lo que no te gusta de tus padres.
  • Retículo endoplásmico: es un orgánulo con forma de tubos interconectados que se encarga de fabricar proteínas, de metabolizar grasas y demás. Puede ser liso o rugoso, este último tiene pegados a su membrana un montón de ribosomas y por eso se ve al microscopio como si tuviera pelotas pegadas.
  • Mitocondria: Es un orgánulo que produce energía pura y dura, a partir de lo que comes y del oxígeno que respiras. Tiene su propio DNA en su interior, y algún día os explicaré por qué.
  • Aparato de Golgi: Es el orgánulo encargado de producir polisacáridos (azúcares complejos) y de excretar lo que produce el retículo endoplásmico al exterior de la célula (si es que tiene que ser excretado para usarse fuera y no dentro). Tiene forma de sacos apilados, y debe su nombre a Camillo Golgi, que recibió el Premio Nobel de Medicina junto a Ramón y Cajal en 1906, a pesar de que el primero que lo dibujó y describió fue este último. Los españoles siempre llegamos tarde hasta para poner nombre a las cosas.
  • Lisosomas, vesículas, vacuolas, etc: Hay muchos orgánulos que se parecen a pelotillas rodeadas por una membrana lipídica y que reciben nombre dependiendo de la función que tienen: degradar productos inservibles o peligrosos, transportar cosas de un lado al otro dentro de la célula, contener la grasa del chorizo que te has comido, etc.  Son muchas y variadas.
  • Centriolos: Son una especie de poleas que sirven para organizar a los orgánulos cuando la célula se está dividiendo y repartirlos entre las dos células hijas resultantes en paz y armonía.
  • Ribosomas: Son unas estructuras complejas compuestas por proteínas y que son las productoras de eso mismo, de proteínas. Pueden estar aislados, o juntos, o pegados al retículo endoplásmico rugoso, donde se termina el proceso de producción. Los he dibujado unido al RNA, que es una copia más sencilla que se hace del DNA para que el resto de la célula sepa que es lo que ordena hacer el núcleo hoy. Los ribosomas leen el RNA y acatan las órdenes de producción.
  • Por último, el plasma celular es un líquido acuoso con “sales” disueltas, aunque más bien está lleno de microtúbulos que forman el citoesqueleto, que es algo así como el armazón que sujeta todo en su sitio y le da forma a la célula.

En el cuerpo humano hay en torno a 1014 células (un 1 seguido de catorce ceros, probad a escribir el número en un papel para daros cuenta de la magnitud), unidas formando el corazón, los pulmones, el cerebro, la piel… Hay células formando nuestras arterias y venas por las que circulan otras células que están en la sangre.  Dependiendo de lo que estén haciendo en nuestro cuerpo, las células se especializan para un trabajo determinado, y por eso las neuronas y las células de la piel no se parecen en nada cuando las miramos al microscopio.

Este post me ha quedado más largo de lo que debería, pero creo que será una buena introducción para aquello que os contaré luego.  Os dejo un enlace a un vídeo genial que ilustra muy bien el lío que hay dentro de la célula a cada momento con cosas moviéndose y produciéndose y degradándose y de todo, todo el rato. También os dejo un enlace a Wikipedia donde tenéis más información más completa sobre la célula y su organización.

Espero que os haya gustado. Y recordad que si tenéis preguntas, podéis dirigirlas a mi consultorio científico, en cientificamentehablando@gmail.com.

Hasta otra!!!!