viernes, 6 de marzo de 2015

DE BICHOS ASQUEROSOS Y OTROS MICROORGANISMOS DESCONOCIDOS



Ahora que el drama de la tesis ha sido superado y ya me puedo llamar Dra. Lozano, me he propuesto sinceramente y con gran convicción retomar el blog. Pensando en el tema de este post de retorno, recordé una anécdota con un grupo de conocidos no-biólogos que ocurrió cuando estaba en la universidad. Estábamos tomando sidras y uno de ellos comentó que la mesa estaba hecha una guarrada, que a saber cuántos bichos habría pegados en ella. Yo, sin siquiera mirarle, respondí en tono de broma: “Hombre, bebiendo un cultivo de bacterias como este, yo no preocuparía tanto de la mesa”. Me miró como si hubiera matado un gatito, y me dijo:
-¿Bacterias? ¿En la sidra?
-Sí, claro.
-¿En la sidra? –apartó el vaso con mala cara-. ¡Qué asco!
-Pero, ¿cómo crees que se hace la sidra? –pregunté extrañada-. ¿Cómo aparece el alcohol? ¿Por generación espontánea?
(Obviamente, este es un chiste biológico y nadie lo entendió, así que sonaron un par de grillos antes de su respuesta).
-Y yo que sé, pero ¿cómo pueden poner algo tan asqueroso en algo que se bebe? ¡Vaya cerdos!
Por más que intenté explicarle que las bacterias eran necesarias para hacer el alcohol, el queso, los yogures y para que él mismo hiciera la digestión, y que muchas eran beneficiosas para nuestras existencia, no le convencía. Era asqueroso, y punto.

Siempre cuento esta historia cuando quiero ilustrar el grado de desconocimiento general que existe en nuestra sociedad sobre los seres más sencillos, antiguos y pequeños de nuestro planeta, a pesar de que están en boca de todos en cuanto se salen de madre y les da por montar alguna catástrofe, como ésta, o éstas. Así que voy a dedicar una serie de post a los microorganismos, y éste será su post inicial.

Los microorganismos son una serie de seres vivos que se caracterizan por su pequeño tamaño (son visibles sólo al microscopio), sencillez estructural y por ser los primeros que aparecieron en la evolución, hace unos 3.000 millones de años en adelante. Suelen ser unicelulares, es decir, compuestos sólo por una célula, y pertenecen a distintos reinos dependiendo de sus características. Aquí van los distintos tipos de bichos y una breve explicación:

-Bacterias: son unicelulares (una célula) y procariotas (no tienen núcleo definido, sino que su DNA está por ahí esparcido y mezclado con el resto de componentes celulares). Pueden ser heterótrofos (que necesitan tomar el alimento del ambiente, como nosotros) o autótrofos (fabrican su propio alimento a base de luz, agua y cuatro compuestos más, como las plantas).

-Protistas: son unicelulares y eucariotas (sí tienen núcleo). También los hay heterótrofos (se llaman protozoos) y autótrofos (el famoso fitoplancton que es la base de alimentación de una gran parte de animales marinos).

-Hongos: son unicelulares o pluricelulares, dependiendo del tipo. Cuando los ves crecer por las esquinas del baño o en un yogur caducado, son pluricelulares y han crecido hasta ser visibles sin microscopio. Son eucariotas y heterótrofos. En este reino también se incluyen las setas, sí, esas tan ricas que te comes a la plancha, pero estas ya son macroscópicas y no nos interesan.

-Virus: Los virus son mucho más sencillos que los anteriores. Los he dejado para el final porque en realidad no son considerados seres vivos, ya que ni siquiera son células y no tienen funciones biológicas. Un virus es un ácido nucleico (DNA o RNA) envuelto en una cápsula de proteína. Por sí solo es inerte, una mesa de jardín tiene más vida que un virus. No hace nada de nada hasta que se encuentra con una célula y la infecta y la lía.

-Priones: Estos ya son el colmo. Son sólo una proteína, y mal plegada, que cuando entra en contacto con un ser vivo, le modifica sus proteínas sanas y las convierte en mal plegadas como ella. Parece una tontería, pero si recordáis la crisis de enfermedad de las vacas locas que tuvo en jaque a toda Europa en los años 90, que sepáis que el responsable era un prión.

Hay todo un universo viviente bajo nuestra mirada del que no notamos nada. Los microorganismos, como habréis aprendido, producen enfermedades; pero la mayor parte del tiempo o hacen su vida sin molestar o son beneficiosos para nosotros. Por ejemplo, en nuestro tracto digestivo hay una película de bacterias llamada biofilm que recubre el epitelio y que nos ayuda a hacer la digestión y a evitar que los patógenos de la comida nos infecten. Para que os hagáis una idea, en el cuerpo humano hay 10 veces más de bacterias que de células nuestras, y ninguna nos hace daño. Por eso es tan negativo tomar demasiados antibióticos, porque matan bacterias, y si nos cargamos a las que nos ayudan, estamos fastidiados.

En futuros posts hablaré un poco más de cada tipo de bicho. Sólo espero que esta breve introducción os haga daros cuenta de que no son tan asquerosos como los anuncios de lejía nos sugieren, y de que hay cosas maravillosas que no se ven a simple vista.

Hasta otra :)

2 comentarios:

  1. Ay que ver los priones! Menudas proteínas más malintencionadas! Me ha gustado el post. Un besín!

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